Oh Espíritu Santo, soplo de Dios, fuerza que transforma y da vida,
Te pedimos, humildemente, te hagas presente entre nosotros y entre todos los que se aproximan en esta hora a adorar.
Levanta nuestros corazones, eleva nuestra mirada, infunde en nuestras almas
El poder de la oración y del amor por nuestro Señor.
Te pedimos, dulce huésped
que nuestra oración no sea desperdicio,
Que nuestros sentidos no sean alterados más
Queden suspendidos por tu presencia y auxilio
en nuestro dulce Jesús sacramentado,
en su pasión y en su amor por los hombres
En su ternura y en su llamado
Que estemos aquí reunidos con un corazón dócil, puro y entregado,
Inspira en nosotros el amor divino,
Aquel del que poco sabemos dar,
Que nuestras emociones acompañen cada minuto de adoración,
Que nuestras oraciones sean elevadas a una sola voz,
Y que sea María, la dulce Madre que nos une,
quien entregue estas intenciones en el altar de Dios.
Espíritu Santo, del que recibimos tanto y a quien conocemos poco,
No hagas cuenta de nuestra miseria y de nuestro pecado,
A ti que santificas y das vida, te pedimos
Ven a nosotros, para que nuestra compañía y adoración,
sean bien recibidas en el mismísimo corazón de nuestro Señor Jesucristo y de la Trinidad bendita.
Amén
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