DEL AMOR AL ABANDONO
Escribí “Del Amor al Abandono” durante un período, que, si bien para mí fue difícil, no lo fue tanto en comparación con las dificultades de otros.
Despues de haber egresado de la carrera de Derecho, decidí premiarme y viajar al extranjero ya que a mi vuelta me esperaba un gran trabajo. Al regreso de mi viaje, recibí la triste noticia de que a mi futuro empleador le habían diagnosticado cáncer y, por lo tanto, ya no podían contratarme. Esta noticia la recibí a fines de agosto, cuando la mayoría de los egresados ya tienen trabajo asegurado y yo sabía que encontrar trabajo para mí sería muy difícil.
Ni bien terminé de recibir la noticia, me fui a una Iglesia a encontrarme con Dios. No sabía que más hacer ya que pronto tendría que empezar a pagar un sinfín de cuentas y no tenía trabajo. Ni bien llegué a la Iglesia, me puse a hablar con Dios. Primero le dije que no entendía el porqué estaba pasándome esto, pero después de un rato, sentí que esa no era la pregunta correcta y entonces quedé en silencio. Al rato, sentí que una paz inmensa embargaba mi alma y como si el Señor me dijera que esto era lo mejor para mí, que sí, me costaría encontrar trabajo pero que Él tenía algo reservado, algo mucho mejor. Fue en el silencio de mi corazón que Dios habló, y al escucharlo, me nacieron palabras de agradecimiento a pesar del dolor y la frustración. En el fondo, sabía que detrás había una bendición.
Me tomó como seis meses encontrar el trabajo que el Señor había reservado para mí. No voy a negar que durante esos seis meses tuve muchos momentos de desesperación y angustia. Sin embargo, fue en esos momentos cuando más me aferraba a Dios y solo Él podía cambiar mi tristeza por una sonrisa. Durante esos seis meses. Mi relación con Dios creció de una manera muy linda y fue durante ese período que escribí “Del Amor Al Abandono” o, mejor dicho, que Dios a través mío escribió palabras de paz y de amor.
Abandonarse en las manos de Dios es difícil. Cada día nos presenta una nueva oportunidad para abandonarnos al plan de Dios y dejarnos que nos lleve de la mano. Yo tuve la bendición de conocer acerca del abandono a muy temprana edad mediante los Talleres de Oración y Vida (TOV) fundados por el Padre Ignacio Larrañaga. Gracias a ellos siento que mi vida ha sido un ramillete de bendiciones porque a través de la oración he podido ver en los buenos y en los malos momentos la mano de Dios guiándome y sentir su amor llenándome. ¡Ahora quiero que tú también seas participe de esta bendición!
Espero que esta lectura te sirva para que te dejes llevar por las manos de Dios en todo momento y especialmente en los momentos difíciles que es cuando lo necesitamos de una manera especial.
Verónica
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