IRRADIANDO A CRISTO
Oh, amado Jesús.
Ayúdame a esparcir Tu fragancia
por donde quiera que vaya.
Inunda mi alma con Tu Espíritu y Vida.
Penetra y posee todo mi ser tan completamente, que mi vida entera sea un resplandor de la Tuya.
Brilla a través de mi y permanece tan dentro de mi, que cada alma con que me encuentre pueda sentir Tu presencia en la mia.
¡Permite que no me vean a mi sino solamente a Jesús!
Quédate conmigo y empezaré a resplandecer como Tú, a brillar tanto que pueda ser una luz para los demás. La luz oh, Jesús, vendrá toda de Ti, nada de ella será mía;
serás Tú quien resplandezca
sobre los demás a través de mi.
Brillando sobre quienes me rodean,
permíteme alabarte como mas te gusta.
Permíteme predicarte sin predicar,
no con palabras sino a través de mi ejemplo,
a través de la fuerza atractiva,
de la influencia armoniosa de todo lo que haga,
de la inefable plenitud del amor
que existe en mi corazón por Tí.
Amén.
ORACIÓN EN TIEMPOS DIFÍCILES
Dios mío, estoy sufriendo. Estoy en problemas, Señor.
Con toda confianza y humildad te pido que me ayudes a superar esta situación.
De antemano te digo que acepto lo que tú dispongas o permitas, aunque no me guste o no lo entienda; hágase tu divina voluntad.
Hoy sé mi buen samaritano, ten compasión de mí y sana mis heridas.
Me abrazo a tu Hijo crucificado y me confío a la Virgen de los Dolores; sé que ellos me van a enseñar a vivir estos tiempos oscuros.
Señor, ven en mi auxilio.
Señor, ayúdame.
Señor, confío en ti.
Amén.
Nro 5
SOLTARÉ LAS AMARRAS
SOLTARÉ LAS AMARRAS
Padre Santo y querido: estoy debatiéndome a solas con mis sombras.
Las heridas están abiertas y necesito el aceite de tu consolación,
Padre mío.
Sé que no puedo llegar al alba sino por el sendero de la noche,
pero dame la mano para la travesía.
Cántame Padre una honda canción, quizás una canción de cuna,
y la alegría volverá desde tierras lejanas.
Envíame un fuerte viento de popa: de nuevo levaré anclas.
Soltaré las amarras y partiré hacia alta mar.
¿Será que el tiempo dispersará las semillas sobre estepas estériles?
Yo iré por delante sembrando;
tú vendrás por detrás tocando todo con mano mágica,
y hasta los espinos florecerán.
En mi camino de piedras planta tú, Padre mío.
Aguas frescas manarán esta noche, y mañana habrá nieve sobre el Hermón,
y aliento en mi alma.
Y alegre partiré de nuevo hacia el lago.
Amén
( Padre Ignacio Larrañaga)
Nro 5
NO VEO NADA
NO VEO NADA
Padre querido, no entiendo nada en medio de esta confusión general, solo entiendo que, si no quisieses, nada de esto habría sucedido. Hágase, por lo tanto, Tu Voluntad. Todo parece incomprensible, pero estoy de acuerdo, Padre mío. No veo nada, pero acepto tu Voluntad, está bien, Padre mío. Me basta saber que es obra tuya. Aunque no veo nada de esto, sé que todo está bien, acepto todo, estoy de acuerdo con todo, Hágase tu Voluntad, Padre mío, en tus brazos deposito mi dolor. (Extraído del libro ¨El silencio de María¨, Padre Ignacio Larrañaga)
Nro 5
DE LA CRUZ A
LA CRUZ
DE LA CRUZ A LA CRUZ
El Señor esta en la cruz.
Esta en el silencio.
A su derredor todo es paz.
En su interior todo es AMOR.
No se preocupen, la aurora esta detrás de la montaña.
La vida prevalecerá sobre la muerte
Y la luz sobre las tinieblas.
Sobre el vértice se clavo la esperanza.
Al final todo será ¨AMOR´
( Padre Ignacio Larrañaga)
Nro 5
ACTO DE ABANDONO
ACTO DE ABANDONO
En tus manos, oh Dios, me abandono.
Modela esta arcilla,
Como hace con el barro el alfarero.
Dale forma, y después, si así lo quieres,
Hazla pedazos.
Manda, ordena. “Que quieres que yo haga?
¿Qué Quieres que yo no haga?”.
Elogiado y humillado, perseguido,
Incomprendido y calumniado,
Consolado, dolorido, inútil para todo,
Solo me queda decir a ejemplo de tu Madre:
“Hágase en mi según tu palabra”.
Dame el amor por excelencia, el amor de la Cruz;
No una cruz heroica, que pudiera satisfacer
Mi amor propio;
Sino aquellas cruces humildes y vulgares, que llevo con repugnancia.
Las que encuentro cada día
En la contradicción,
En el olvido, el fracaso, en los falsos
Juicios y en la indiferencia,
En el rechazo y el menosprecio de los demás,
En el malestar y la enfermedad,
En las limitaciones intelectuales
Y en la aridez, en el silencio del corazón.
Solamente entonces Tu sabrás que te amo,
Aunque yo mismo no lo sepa.
Pero eso basta.
Amén.